AMOR SINCERO
Entristecida se encuentra mi alma con el solo hecho
de pensar en no volverte a ver.
Envidiare al sol que te despertara todos los días,
y yo sin poderte decir ni siquiera,
¡Buenos días!... querida mía.
Ansiare tus brazos que han rodeado mi cuello,
conjuntamente con tus labios
que han besado mis labios.
Extrañare tus lágrimas, gotas de cristal y ternura,
que hablan de tu sinceridad,
y que no podre consolar más.
Tus sentimientos a flor de piel llenos de espontaneo amor
que me entregaste limpia y cariñosamente.
Te soñare tomándote en mis brazos y susurrándote al oído
un “si?, que pasa?”,
seguido de Tu nombre y un tierno
te quiero, te amo, te adoro.
Jugar con tu cuello y tu pelo haciéndote sentir amada y querida,
percibiendo por todo tu cuerpo, un largo y agradable escalofrió…
estremeciéndote por esa sensibilidad característica de ti.
Pero ahora,… cuando más nos amamos,…
nos separamos
y al mismo tiempo, seguimos tan cercanos.
Recordaremos cantando “soledad”, y “al final”,
“para nada”, nos olvidaremos el uno del otro.
Y sin embargo, volveremos a estar juntos, porque
confiamos en el gran amor que vivimos e intensamente compartimos,
pues estamos enamorados y seguiremos amándonos….
Por siempre.
Luis Jiménez Dubernard.
Octubre 1983
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